El periódico de Catalunya publicó el 7 de diciembre de 2013 un artículo de la periodista Mayka Navarro titulado La crisis de los treinta y cinco en el que siete constitucionalistas contestábamos a varias preguntas sobre la reforma de la Constitución.
Copio aquí, con cierto retraso, mis respuestas completas.
¿Considera que la Constitución aún goza de capacidades o que convendría
reformarla? En este último caso, ¿en qué sentido/s propondría usted
modificarla? ¿Cree conveniente modificarla para encontrar un encaje
distinto a Catalunya que dé solución a las presiones soberanistas?
Antes de contestar la pregunta, me gustaría dar un pequeño
rodeo: La Constitución de los EEUU es de 1787 y en sus más de doscientos
años de vida solo ha sido reformada 27 veces, de las cuales no más de
cuatro o cinco han sido verdaderamente importantes. En el extremo
contrario, la Ley Fundamental alemana de 1949 ha sido reformada
alrededor de 60 ocasiones, casi a una reforma por año de vigencia. Y sin
embargo, creo no hay muchas dudas de que estos dos países federales
pueden ser citados como ejemplo de sistemas políticos que funcionan
razonablemente bien. Y ello es así porque lo decisivo para que un
sistema político funcione es el comportamiento de los actores políticos y
no el propio texto constitucional, que siendo importante no deja de ser
secundario.
Dicho esto, se comprenderá que sea un tanto escéptico sobre
las propuestas de reforma: primero pactemos lo que queramos y luego
actuemos en consecuencia: ¿un sistema político más participativo?
Reformemos el artículo 87 para ampliar la iniciativa legislativa
ciudadana y el 92 para el referéndum. ¿Un sistema electoral más
proporcional? El 68, etc. Lo mismo pienso en relación con Catalunya:
páctese políticamente y luego ya veremos la solución técnica (por
ejemplo reformando la disposición adicional primera de la CE). Y desde
luego, pactese con visión constitucional, es decir incluyendo a todos
los actores políticos relevantes (que en este caso son PP, PSOE y los
nacionalistas) y no como en 2006 en el que se pactó el Estatut
ateniéndose a la letra de la Constitución para las leyes orgánicas
(mayoría absoluta) pero olvidando su espíritu, que exigía incluir
también al PP. Cuidado ahora con pretender una segunda vuelta de
revancha y excluir a los nacionalistas, como en cierta forma se hizo con
la reforma de 2011, lamentablemente hecha a iniciativa solo de PSOE-PP.
- Por qué cree que en España es tan difícil introducir cambios y
es uno de los pocos países del entorno en el que apenas se han
introducido retoques.
España ha tenido históricamente un problema de inestabilidad
política que ha supuesto una inestabilidad constitucional. Por este
recuerdo histórico, los políticos han tenido una gran prevención a tocar
una coma de la Constitución no fuera a ser que no se pudiera
reconstruir el consenso constitucional de 1978. Ni siquiera se animaron a
hacerlo en 2004 cuando la ratificación del Tratado Constitucional
Europeo nos brindó una ocasión fundamental. Y siendo realista, hay que
reconocer que esa prevención a tocar la Constitución tiene un fundamento
objetivo: a diferencia de otros países europeos, en España tenemos
varios asuntos constitucionales en los que tanto las fuerzas políticas
como sociales están profundamente dividas, empezando por fijar dónde
reside la soberanía. Sí, ya se que el artículo 2 de la CE dice "en el
pueblo español" pero ¿cuántos nacionalistas no piensan que es en sus
pueblos respectivos y que, a lo sumo, España es una nación de naciones?
¿Y cuántos líderes andaluces están dispuestos a protestar para evitar
cualquier "privilegio de Cataluña"?. En esas condiciones, reconozcamos
que no es fácil técnicamente resolver el grave problema político de
articulación territorial que ahora mismo tiene planteado España.
- ¿Ve factible que, tal como está el clima político y la
correlación de fuerzas, en esta o en la próxima legislatura se
introduzca algún retoque?
No. Quedan dos años de esta legislatura y no creo que en ese
corto periodo de tiempo (además jalonado de convocatorias electorales:
las europeas y las locales-autonómicas están a la vuelta de la esquina) se vaya a cambiar la Constitución. En la siguiente legislatura, que
será la undécima, puede pasar de todo, empezando por un cambio de
mayorías parlamentarias. Y si puede pasar de todo, también podría
producirse una reforma constitucional. O no. Lamentablemente no me he
traído mi bola del tiempo a Argentina... ))))
Un cordial saludo,
ARR
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