Artículo publicado el 23 de diciembre de 2019 en el Granada Hoy y los otros ocho periódicos del Grupo Joly. Habent sua fata libelli , los libros tienen su propio destino, decían los romanos para señalar que la interpretación que hacen los lectores de un libro puede ser muy distinta a lo que quiso transmitir su autor al escribirlo, como muestra el Quijote, cuyo significado no ha dejado de cambiar desde que se publicó a principios del siglo XVII. Algo parecido podríamos decir sobre la forma de entender los personajes históricos, que puede ser muy distinta a cómo ellos se vieron a sí mismos, incluso a la importancia e incidencia social que tuvieron en el momento en que vivieron. Tomemos, por ejemplo, el caso del malagueño Blas Infante, que desde que publicó en 1915 su Ideal andaluz dedicó su vida a difundir el andalucismo, sembrando nuestra tierra primero de Centros Andaluces y después de sedes de
Ideas y divagaciones de Agustín Ruiz Robledo.