Ir al contenido principal

LOS HÉROES DE LA AUTONOMÍA ANDALUZA

 Artículo publicado el 6 de marzo de 2023 en el Diario de Sevilla y los otros ocho periódicos del Grupo Joly  


 

     El 28 de febrero de 1980,  2.472.287 andaluces mayores de 18 años, el 55,42% del censo electoral, votaron a favor de constituirse en Comunidad Autónoma de primer grado, es decir con un poder legislativo propio y el máximo de autonomía permitido por el artículo 149 de la Constitución. Todas las mujeres y hombres que depositaron su voto favorable ese día fueron partícipes de la gran hazaña que supuso un resultado que ponía a Andalucía “en pie de igualdad” –según frase de la época- con Cataluña y el País Vasco. Pero es de justicia recordar a cuatro personas que contribuyeron de forma excepcional a ese resultado. Por orden cronológico fueron:

- Alejandro Rojas Marcos, que en 1973 fundó Alianza Socialista de Andalucía y en 1976 lanzó el concepto “Poder Andaluz”. Su PSA-Partido Andaluz (con cinco diputados en las elecciones de 1979) luchó denodadamente por llegar a ese momento histórico.

- Plácido Fernández Viagas, elegido en mayo de 1978 presidente de la Junta preautonómica, que supo tejer el Pacto de Antequera del 4 de diciembre de 1979 por el que hasta 11 partidos andaluces -incluidos los tres parlamentarios de aquellas fechas- se comprometieron a conseguir para Andalucía “dentro del plazo más breve posible, la autonomía más eficaz en el marco de la Constitución”.

- Rafael Escuredo, elegido presidente preautonómico en junio de 1979, que lideró el complicado proceso por el que los ayuntamientos ratificaron la iniciativa autonómica y logró –huelga de hambre por medio- que el Gobierno de Suárez convocara el 28-F. También fue incansable difundiendo el proyecto autonómico durante la campaña para el referéndum.

- Manuel Clavero Arévalo, que dimitió de Ministro de Cultura en enero de 1980 en protesta por la posición abstencionista de UCD en el 28-F y se dedicó a pedir el voto afirmativo, rompiendo la imagen de la autonomía como un invento de la izquierda y logrando que muchos votantes de la UCD apoyaran la autonomía.


          A lo largo de los más de cuarenta años de existencia de la Comunidad Autónoma de Andalucía como una comunidad de primer grado, estos tres últimos héroes han recibido reconocimiento público de la Junta, pero ninguno el primero ¿Qué hizo Alejandro Rojas-Marcos para ser preterido de ese modo? Desde luego, tras el 28-F, éxito político, pero fracaso jurídico al no lograrse la mayoría absoluta del censo de Almería, Rojas-Marcos siguió trabajando por la autonomía como el que más: en marzo de 1980 propuso reformar la ley orgánica de referéndum para repetirlo en Almería (propuesta que fue rechaza por el PSOE y la UCD en una votación en la Junta); en junio, propuso la reforma del artículo 151 de la Constitución para que la mayoría absoluta del censo se computase globalmente en el territorio que hubiera participado en el referéndum y no de forma provincial; en septiembre, propuso que el proceso autonómico continuara por el artículo 144 de la Constitución si bien el proyecto de Estatuto sería redactado por una comisión mixta Asamblea de Parlamentarios-Congreso y su texto -que contendría un poder legislativo y el máximo techo competencial- sería refrendado por los andaluces. La iniciativa legislativa que finalmente presentaron los grupos centrista, socialista, comunista y andalucista en octubre para continuar el proceso autonómico por el artículo 151, y que logró el respaldo casi unánime del Congreso y del Senado, estaba basada en esa propuesta de Rojas-Marcos. Por eso, contada así la historia, se comprende que este sienta que sus méritos no se han reconocido como se merecen.

 

          Pero la historia es un poco más complicada: la propuesta septembrina del artículo 144 no la realizó Rojas-Marcos en el seno de la Junta de Andalucía, ni la consultó con su presidente Escuredo; sino que, rompiendo la unidad de actuación de los partidarios de la autonomía, la presentó en el pleno del Congreso. Y no lo hizo en un pleno cualquiera, sino en un pleno en el que el presidente Adolfo Suárez había presentado una cuestión de confianza. Ahí, y tras realizar un teatral interrogatorio al ministro Martín Villa, consiguió que el Gobierno se comprometiera a desbloquear el proceso autonómico andaluz, garantizando el máximo de autonomía, a cambio de los cinco votos andalucistas. Rojas-Marcos siempre ha defendido que solo le movió el patriotismo andaluz, mientras que Escuredo ha considerado que se trató de una traición a la Junta y a Andalucía. Este mismo mes de febrero, 43 años después, hemos visto como estos dos grandes protagonistas siguen manteniendo sus versiones. Pero si cada uno hace un esfuerzo por mirar atrás sin pasión y comprender al otro, tampoco son tan distantes. Bastaría que uno aceptara que se pasó en su ímpetu político pactando directamente con el Gobierno, a espaldas de la Junta, y que el otro reconociera que es exagerado considerar que no hubo nada positivo en ese pacto en el que el Gobierno de UCD abandonó su negativa a la autonomía plena de Andalucía. Un poco de generosidad por ambas partes aumentaría el perfil histórico de estos dos políticos que, con título oficial o sin él, merecen formar parte del “patrimonio de personas insignes de Andalucía”.

 

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Basta un instante para hacer un héroe y una vida entera para hacer un hombre de bien.
Enséñame un héroe y te escribiré una tragedia. Desgraciado el país que necesita héroes. El cálculo nunca hace al héroe. Un héroe es todo aquel que hace lo que puede. La temeridad cambia de nombre cuando obtiene éxito.

Entradas más leídas

LA INQUINA DE UN JUEZ

Artículo publicado en el Diario de Cádiz y los otros ocho periódicos del Grupo Joly, domingo, 7 de septiembre de 2008. VERSIÓN COMPLETA, la abreviada puede consultarse en: Granada Hoy El gran Jeremías Bentham teorizó en el siglo XIX sobre las dos perspectivas que puede adoptar el jurista en relación con la ley, la del expositor que cuenta lo que la ley dice y la del censor que señala sus fallos y propone su reforma. Desde que aprendemos en primero de carrera esta elemental diferencia, casi todos los juristas en activo adoptamos siempre que podemos la muy elegante segunda perspectiva, criticando con pasión los muchos y muy deficientes errores de nuestras leyes. Así, el Código Penal “de la democracia” ha sido tan vapuleado por la doctrina que he tenido ocasión de asistir a una brillante conferencia de uno de sus propios padres intelectuales cuyo tema central no era otro que... criticar el nuevo Código. Por eso, no es extraño que desde su aprobación en 1995 el Código Penal lleve ya v

FARMACIAS INTOCABLES

Artículo publicado en EL OBSERVATORIO de los nueve periódicos del Grupo Joly el domingo 5 de abril de 2009. Por fin llega una semana con buenas noticias económicas: el G-20 ha logrado un acuerdo espectacular para luchar contra la recesión mundial con 745.000 millones de euros; el Gobierno español interviene la Caja de Castilla la Mancha y, con un simple aval de 9.000 millones de euros, su millón de impositores podrán estar tranquilos pues saben que tocan a 9.000 euros por cabeza; el paro únicamente ha crecido en 123.543 personas, el menor incremento en los últimos seis meses, según el Ministerio de Trabajo, que no es cosa de hacer la comparación de forma anual y concluir justo lo contrario. Por todo ello, no es extraño que haya pasado casi inadvertido el proyecto de ley sobre el libre acceso a actividades de servicios y su ejercicio. Este audaz proyecto del Gobierno, en cumplimiento de la Directiva de servicios de la Unión Europea, supone la modificación de 46 leyes estatales y se

UN ESFUERZO DE LEALTAD CONSTITUCIONAL

 Artículo publicado en  EL ESPAÑOL    el 19 de diciembre de 2022                                           Si algún periodista me hubiera preguntado la semana pasada que imaginara el motivo de una bronca en el Congreso en el que hubiera acusaciones cruzadas de golpe de Estado y ataques a la democracia, le hubiera contestado recordando debates de las Cortes republicanas en las que se discutían cuestiones esenciales para la sociedad española: la reforma agraria, las relaciones con la Iglesia, la subordinación del Ejército al poder civil, etc. Nunca hubiera sido capaz de imaginar una bronca como la del jueves -con la coda de las declaraciones del Presidente del Gobierno- motivada por la admisión de dos enmiendas que, si se hubieran tramitado de una forma un poco menos heterodoxa (mediante una nueva proposición de ley), podrían acabar en el BOE menos de dos meses después.             El ruido político apenas deja ver el problema jurídico, que es relativamente fácil de resolver: los grupos