Con mis amigos de Granada Futuro he publicado hoy domingo, 8 de julio este artículo sobre los conventos de Granada en el IDEAL:
Parece que por fin, la importantísima colección de Miguel Giménez
Yanguas, la colección privada de piezas industriales más importante de España,
va a tener su destino en el Hotel Reuma, propiciado por la Alhambra. Y es
interesante conocer que el Profesor Giménez Yanguas no sólo ofreció su
colección sino también un edificio del siglo dieciocho de su propiedad, pero
este guante no hubo quién lo recogiera. Otra colección singular e importantísima,
y ésta de pintura, es la que Francisco Jiménez y Juan Manuel Segura, a quienes
acaba de conceder la Medalla al Mérito la Real Academia de Bellas Artes de
Granada, han reunido a lo largo de los años y que actualmente se encuentra en
su precioso Carmen. Colección que se ofreció al Ayuntamiento sin que, de nuevo,
se demostrara interés en su posesión. Otros pintores han dado sus colecciones
al Ayuntamiento, como la de Brazam, de la que por ahora sólo está expuesta su
trilogía en las escaleras de la Casa de los Tiros y cuyo Legado ofreció a la
ciudad. Cabe preguntarse a qué es debida esta situación: ¿Es falta de
sensibilidad? ¿Es falta de capacidad de gestión? ¿Es falta de espacios
adecuados?
Comencemos por esta última cuestión y para ello no tenemos más remedio
que recordar el fiasco del Palacio de Ágreda, que gracias a la actuación
ciudadana no quedó definitivamente malvendido por un Ayuntamiento desleal con
la ciudad. Este y otros muchos conventos podrían ser buenos espacios para estos
proyectos museísticos. Actualizando algunos datos del interesante estudio de
Francisco Javier Martínez Mena, en Granada existen 16 conventos o monasterios
de monjas, de los cuales, 2 en la Alcazaba Cadima (Santa Isabel la Real y Santo
Tomás de Villanueva), 4 en la parte baja del Albaicín (San Bernardo, Santa
Catalina (Zafra), Concepción y San Gregorio Bético), 2 en el Realejo
(Comendadoras de Santiago (Real Monasterio de la Madre de Dios), y Santa
Catalina de Siena). Pues ya han desaparecido el de Santa María de los Ángeles
(Vistillas), y 8 en el centro (San Jerónimo, Carmelitas Calzadas, Carmelitas
Descalzas, Encarnación, Nuestra Señora de la Piedad, Magdalena, Clarisas Capuchinas
de Recogidas y Santo Ángel). En estos momentos, cuando asistimos hace pocos
días al cierre de un monasterio, el de Vistillas de los Ángeles, sabemos que
está en proceso de cierre el de Santa Catalina de Siena y el de San Bernardo,
este último en gestión de venta. Se necesita que las autoridades tanto
municipales como eclesiásticas se reúnan y reflexionen sobre el futuro de los
numerosos conventos, cuya vida por desgracia no parece que vaya a ser larga. Y
estos edificios pueden ser el futuro de la renovación cultural de esta ciudad
de la que tan falta se encuentra.
El Monasterio de Santa Catalina de Siena, situado entre la Cuesta del
mismo nombre y la Cuesta del Realejo, fue fundado en 1523 y trasladado al
edificio actual hacia 1530. Si bien su interés arquitectónico es escaso, se
conservan preciosas imágenes. A efectos de lo que aquí tratamos, las monjas
dominicas de clausura ya abandonaron este monasterio, que será cerrado
definitivamente en unos días. Según el Catastro, ocupa una parcela de 3.287 m2
y en ella se encuentran 4.146 m2 construidos. En cuanto al monasterio de San
Bernardo, tiene su origen en los albores del siglo XVII por la unión de los
beaterios carmelitas de las Potencianas y las Melchoras, y su actual
emplazamiento en la Carrera de Darro es de comienzos del siglo XIX. También en
él se conservan importantes obras, lo que no es de extrañar, ya que de las tres
monjas que vinieron de Málaga a fundar el convento cisterciense, dos de ellas eran
hijas de Pedro de Mena. Este convento está actualmente en proceso de venta y sus
monjas han dejado ya de fabricar sus famosos dulces. De nuevo según el Catastro,
ocupa un solar de 2.055 m2 y dispone de una superficie construida de 4.936 m2. Es
fácil pensar que el edificio del Monasterio de Santa Catalina de Siena bien
pudiera albergar alguna de las colecciones de pintura, escultura u otras artes,
o bien crear un buen museo de artes y costumbres populares, uniendo colecciones
de particulares que se están perdiendo porque sus propietarios no tienen espacio
en la cada vez más reducidas viviendas para poder mantenerlas.
En el caso del Monasterio de San Bernardo el asunto es aún más crítico.
En efecto este edificio se encuentra al lado del actual Museo Arqueológico.
Este Museo, uno de los más antiguos de España, con una riquísima colección, se
encuentra en la llamada Casa de la Torre de los Zafra que fue declarado
Monumento Nacional en 1962, ampliado mediante la compra de la casa contigua a
la familia Pérez de Herrasti. Pues de nuevo, acudiendo al Catastro, este
conjunto que conforma el Museo Arqueológico, ocupa una parcela de 1.992 m2 y
una superficie total construida de 3.202 m2.
Se deduce que la
anexión del edificio del actual Monasterio de San Bernardo supondría más que
duplicar el espacio del Museo Arqueológico. Es una ocasión irrepetible que no
puede perderse.
Pero quizá entonces haya que volver al principio de este relato, porque
estos edificios tienen propietarios y por tanto han de adquirirse y pagarse,
pero ¿tenemos dinero? La Junta de Andalucía desde luego lo ha tenido para pagar
los distintos Museos que se están abriendo o modernizando en todas las
provincias, y también lo va a tener para pagar los 165 millones al Centro
Comercial Nevada. En cuanto al Ayuntamiento, su problema no es de dinero (que
no lo tiene) sino de capacidad de gestión para buscarlo en la Junta, en el
Patronato de la Alhambra, en el Estado o en multitud de fundaciones, instituciones
y empresas que podrían sufragar esta compra. Podría inspirarse en la actual campaña
para recoger fondos para la restauración de la Plaza de San Marcos en Venecia.
Precisamente, quizás merecería la pena estudiar si todo el patrimonio mundial
que tiene Granada –la Alhambra y el Albaicín- no debería de gestionarse por un
ente administrativo específico que englobara al Patronato de la Alhambra, o
bien aumentar las competencias de este Patronato para que pudiera colaborar más
activamente en la conservación del Albaicín.
Comentarios
que va a pasar con nuestros familiares allí enterrados. Y si siguen manteniendo las tumbas intactas o en las condiciones adecuadas.